Las ciudades modernas son entornos vibrantes y complejos, pero todas se enfrentan al mismo problema: la calidad del aire. Los contaminantes atmosféricos son a menudo invisibles, pero sus efectos sobre nuestra salud pueden ser graves. Y cuando se combina con el efecto de isla de calor urbano, la contaminación atmosférica también provoca problemas respiratorios y cardiovasculares. Es una situación que preocupa mucho, pero que se puede cambiar. ¿Cómo? Gracias a una nueva y ambiciosa normativa europea y a estrategias innovadoras de gestión urbana que, juntas, pueden marcar la diferencia en cuanto a calidad del aire y condiciones de vida en las ciudades. Transformar nuestras ciudades en paraísos de aire limpio y confort puede parecer utópico, pero es algo que hay que hacer urgentemente si queremos asegurar el futuro de nuestras ciudades para nuestra generación y las venideras.
Care City | Hacer más respirable el aire de nuestras ciudades
Aire saturado: comprender el origen de la contaminación urbana para combatirla eficazmente
Gran parte de la actividad humana se concentra en las ciudades, y una consecuencia directa de toda esta actividad es la contaminación: las emisiones del tráfico, la industria y la calefacción doméstica se mezclan para formar un cóctel de contaminantes: partículas finas, dióxido de nitrógeno y ozono. Se sabe que estos tres contaminantes causan problemas respiratorios y cardiovasculares y reducen la esperanza de vida. Con su elevada densidad de población y sus infraestructuras enmarañadas y a menudo ineficaces, las ciudades parecen mal equipadas por su propia naturaleza para hacer frente al problema de la contaminación atmosférica. Y el problema se agrava aún más con el fenómeno de la isla de calor urbana. Las zonas densamente urbanizadas atrapan el calor igual que lo hace la contaminación atmosférica, provocando dificultades respiratorias y otros problemas de salud. Las partículas ultrafinas de los tubos de escape y los frenos de los vehículos penetran en los pulmones y el torrente sanguíneo. Se sabe que causan -y agravan- enfermedades como el asma, las cardiopatías y el cáncer de pulmón. Son invisibles y peligrosas, sobre todo para los niños pequeños y los ancianos, cuyos sistemas inmunitarios son más débiles. La buena noticia es que la gente por fin está tomando conciencia de los peligros de la contaminación atmosférica. El reto para el futuro es traducir la concienciación en acciones concretas que reduzcan eficazmente la contaminación atmosférica en el corazón de nuestras ciudades. Ya se están desplegando estrategias para lograr este objetivo.
Normativa más estricta para un aire más limpio
La normativa europea que impone límites a los distintos contaminantes del medio ambiente urbano se endureció en febrero de 2024. La nueva directiva pretende mejorar significativamente la calidad del aire reduciendo a la mitad los umbrales de contaminación atmosférica de aquí a 2030. Es un objetivo ambicioso, quizá incluso poco realista. Muchas ciudades ya tienen problemas para respetar los umbrales anteriores, así que podemos dudar razonablemente de su capacidad para cumplir unos aún más estrictos. Es un reto enorme, y tenemos que encontrar soluciones eficaces y duraderas al problema de la contaminación atmosférica en las ciudades, especialmente en el caso de los nuevos proyectos de desarrollo urbano e infraestructuras. Tales soluciones deben incorporarse a cada proyecto en la fase de planificación si se quiere reducir al mínimo el impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud. Algunas ciudades están empezando a tomar medidas...
Respuestas a la contaminación atmosférica en las ciudades
Las soluciones propuestas a la contaminación atmosférica varían de una ciudad a otra. Entre las más frecuentes, a partir de 2024, podemos citar:
- Zonas de bajas emisiones (LEZ), destinadas a reducir la contaminación atmosférica causada por las emisiones de los vehículos.
- Fomento del uso del transporte colectivo, los vehículos eléctricos de todo tipo y las bicicletas para reducir el impacto de la contaminación relacionada con los vehículos.
- Construir parques y tejados verdes para aumentar la presencia de la naturaleza en las ciudades.
- Gestión sostenible de la energía, fomentando el uso de energías renovables y una calefacción más limpia para reducir las emisiones de los edificios: la calefacción es una de las principales fuentes de contaminación en las ciudades.
- Sensibilización: educar e informar al público sobre la importancia de reducir la contaminación atmosférica y su impacto en la salud de los habitantes de las ciudades.
Innovación: un soplo de aire fresco en nuestras ciudades
La vegetación desempeña un papel clave en la lucha contra el efecto isla de calor urbano. No sólo refresca el aire, sino que también filtra ciertos contaminantes atmosféricos. Esta es la razón por la que la vegetación se incluye de forma casi sistemática en cada vez más proyectos de construcción y rehabilitación urbana. Pero también existen otras soluciones innovadoras que merecen nuestra atención. Algunas están aún en fase embrionaria, es cierto. Pero en el futuro pueden llegar a desempeñar un papel clave en los esfuerzos de las ciudades por mantener la contaminación atmosférica lo más baja posible. Es un gran reto para la salud pública, pero también una oportunidad para renovar nuestras ciudades y hacerlas más atractivas.
Calidad del aire en nuestras ciudades: existen soluciones
En 2023, Egis realizó para Eurométropole de Strasbourg un estudio comparativo que evaluaba las soluciones innovadoras para reducir la contaminación urbana y tratar los contaminantes. Esta evaluación comparativa se basó en datos franceses e internacionales y clasificó las soluciones en función de su madurez, rapidez, eficacia y coste. Entre las soluciones examinadas figuran las fachadas autolimpiables y anticontaminantes. Estas fachadas están recubiertas de dióxido de titanio, un fotocatalizador que actúa eliminando el óxido de nitrógeno, el ozono y los COV de la atmósfera. Este revestimiento también tiene propiedades bactericidas y autolimpiantes. Sin embargo, las afirmaciones sobre la cantidad de ozono y COV filtrados de la atmósfera por el dióxido de titanio son exageradas. Además, el dióxido de titanio está clasificado como carcinógeno, lo que plantea otros problemas de salud.
Aplicaciones como Naonair, IQ Air y Plume Labs nos permiten controlar la calidad del aire en tiempo real, lo que resulta útil, por ejemplo, para planificar rutas de viaje. Sin embargo, estas aplicaciones no proporcionan datos sobre los niveles exactos de exposición a la contaminación atmosférica, que pueden variar significativamente en intervalos cortos de espacio.
En los sistemas de frenado de vehículos, tecnologías como TAMIC® de Tallano Technologies, la solución de frenado inductivo desarrollada por Telma e iDisc de Buderus Guss (filial de Bosch) han demostrado una impresionante capacidad para filtrar las partículas finas emitidas por los frenos de los vehículos. El sistema de Tallano Technologies se ha probado en la línea C de la red de transporte ferroviario regional de Île-de-France, y podría ampliarse a otras líneas si se confirman los beneficios para la calidad del aire.
Por último, existen filtros de partículas urbanas como TrapAparT (solución pasiva y lavable) y Filter Cube de MANN+HUMMEL (sistema activo capaz de filtrar grandes cantidades de partículas y otros contaminantes). Sin embargo, las ventajas del Filter Cube se ven contrarrestadas por su consumo de energía y los costes de los consumibles. Aun así, estas tecnologías son prometedoras para mejorar la calidad del aire urbano en el futuro.
